martes, 28 de julio de 2009

Los crimenes de los buenos (2ª Parte)

Es momento de hablar sobre los crímenes ejercidos por el ejercito rojo y el régimen comunista de la URSS. Poco o nada se habla de los crímenes que realizaron impunemente durante su larga dictadura. Ellos siempre han sido vistos como los "salvadores" de Alemania, la ideología salvadora del obrero, pero esto no es así. Millones y millones de crímenes han sido perpetrados a resguardo de la bandera roja y han quedado impunes, solo por el mero hecho de ser los supuestos "salvadores" de Alemania y de toda Europa...
Es hora de refrescar la memoria y hablar de esto, para que las nuevas juventudes progres y comunistas se lo piensen dos veces antes de alzar el puño, ondear la bandera comunista y lanzar proclamas pacifistas y tolerantes. Espero que con esto se den cuenta que dichas cosas son completamente incompatibles.


El Holodomor: Genocidio en Ucrania

Tras 200 años de dominio Zarista el pueblo Ucraniano creyó haber alcanzado su libertad en 1917, cuando la revolución comunista en Rusia logra destronar a los Zares. Inmediatamente restablecieron su capital en la histórica ciudad de Kiev y volvieron a cantar sus canciones nacionales en público después de décadas de prohibición. Quizás a causa de la alegría de los primeros días nunca creyeron que el rigor del martillo comunista caería con todo su peso sobre la población. Pero una vez en el poder y después de haberse reorganizado el flamante régimen comunista al mando de Lenin se propuso la meta de “reclamar” las tierras ucranianas como propias, territorio que gracias a su fertilidad era extremadamente valioso. Con este fin se enviaron varios destacamentos del Ejército Rojo con órdenes directas: “Retomar Ucrania a cualquier precio y bajo cualquier medio”. Esto desembocaría en una valerosa y fatídica resistencia que duraría cuatro años y en la que los ucranianos no solo debieron de enfrentarse contra las tropas comunistas, sino que además debieron simultáneamente resistir le avance del Ejército Blanco -leal a los Zares- y varios conjuntos de tropas polacas y alemanas que se disponían a carroñar las partes occidentales del país. Como resultado cientos de miles de hombres perdieron su vida, cientos de miles de mujeres fueron abusadas y toda la población fue hambreada hasta los huesos, ya que Lenin decretó que el grano producido en Ucrania debía ser enviado a las grandes ciudades Rusas.

La invasión ordenada por Lenin traería una ola de resentimiento sin parangón en la sociedad ucraniana, no solo por la cantidad de grano que era extirpado de sus mercados a la fuerza, sino por la cantidad de violaciones que sufrían las mujeres a manos de los destacamentos del Ejército Rojo estacionados en toda Ucrania. Lenin, quien ya tenía muchos dolores de cabeza con su propia población, la cual veía que no todo era tan utópico como se les había prometido en un primer momento, decide alivianar la situación dándoles un poco de “libertad” y limitando la expropiación de grano. Esto llevó a que el pueblo ucraniano luchara más que nunca para mantener sus costumbres y tradiciones, por lo que mucha gente comenzó a vestir ropas típicas y en las cantinas y hogares se cantaban las canciones populares.

Desgraciadamente la guerra de 1917 sería un juego de niños comparado con la atroz cadena de eventos que estarían por llegar. Al morir Lenin en el 24 subiría al poder una de las peores escorias que éste planeta ha visto: el carnicero Stalin. Tras “reacomodar” la situación en su país Stalin consideraría inaceptable que las fértiles y ricas tierras ucranianas fueran tan “independientes”, por lo que comenzaría una serie de políticas horribles con el fin de amedrentar su espíritu nacional y adueñarse de la poca libertad que aun les quedaba. La primer medida fue el fusilamiento o la detención de miles de científicos, artistas y políticos bajo la falsa excusa de “agentes contra-revolucionarios”. Conjuntamente ordenó la persecución de todos los Kulaks -granjeros con más de 10 hectáreas de tierra-, por lo que millones de personas fueron removidas de sus tierras en el temible proceso de “colectivización”. Incluso la antecesora de la KGB, la GPU, era enviada a aterrorizar a la población civil para obligarla a “cooperar con el gran plan”. No obstante, el orgullo del pueblo ucraniano llevó a las personas a combatir las medidas. Mucha gente prefirió quemar sus pertenencias y arrojar sal en la tierra antes que cedérselas al régimen comunista; otros amaban milicias paramilitares que atacaban destacamentos del ejército de Stalin.

Temiendo que esta insurrección, este clamor por la libertad, se expandiera al resto de los territorios soviéticos, Stalin ordena una apropiación masiva de toda la producción agrícola-ganadera de Ucrania; conjuntamente se ordenó establecer un férreo bloqueo militar en las fronteras con el fin de evitar el ingreso de ayuda externa. Como resultado y ya para el año 1933 Ucrania se encontraba totalmente vacía de comida, siendo los ancianos, los niños y las mujeres embarazadas los primeros en caer. Según relatos de sobrevivientes cuando los perros, los gatos y los pájaros se acabaron las calles comenzaron a plagarse de cadáveres, mientras que al mismo tiempo los graneros se encontraban abarrotados con “grano de reserva”.

La dura cortina de hierro que impuso el régimen comunista hace imposible hoy en día saber la cantidad exacta de muertes, pero las estimaciones más conservadoras varían de 5 a 7 millones. En total 1/4 de la población Ucraniana cesó de existir, y se calcula que en el peor momento por día morían de hambre unas 25 mil personas. De ésos
7 millones se calcula que de 2 a 3 millones fueron niños nacidos entre 1932 y 1933.




La matanza de Katyn

Durante la invasión soviética a Polonia en 1939, unos 14500 oficiales polacos fueron capturados e internados en tres campos de concentración en la Unión Soviética.entre los meses de Abril y Mayo de 1940, durante cinco semanas, la NKVD estuvo transportando prisioneros polacos desde campos de concentración en Starobielsk, Kozelsk y Ostashkow hacia un lugar en la carretera Smolensk-Vitebsk. La orden directa de Stalin era eliminar a los prisioneros.

Para asegurarse que no hubiera testigos, la policía seleccionó un centro de 1 Km2 rodeado de espesa arboleda que se encontraba a 2 Kms de distancia de la granja más cercana. El camino fue cerrado y se prohibió transitar por las inmediaciones. En ese lugar fueron asesinados 4143 oficiales polacos quienes fueron llevados a razón de una centena por día. Los cuerpos fueron sistemáticamente enterrados en fosas comunes, apilados a razón de unos 500 cadáveres por fosa. Sin embargo, a pesar del cuidado que tuvo la policía para evitar dejar rastros y testigos, cometieron un gran error: muchos de los cuerpos fueron enterrados sin quitarles sus pertenencias, posiblemente debido a la premura con que se efectuaban las ejecuciones.

El 14 de Noviembre de 1941, el embajador polaco en Moscú Jan Jot, logró hablar con Stalin exponiéndole que a comienzos de 1940 habían sido transferidos 40 mil oficiales polacos de los campos de concentración de Starobielsk y Kozelsk a otros centros desconocidos y que no se conocía el paradero de esos hombres. En 1942, unas brigadas de la Organización Todt que trabajaban en la zona de Katyn, tuvieron noticia por un campesino de la zona, que entre las estaciones de Katyn y Gnesdowo se encontraban unas tumbas. Las brigadas excavaron en el lugar señalado y encontraron restos humanos, pero volvieron a cubrir los restos y colocaron en el lugar una cruz con ramas de abedul.

Después de la Operación Barbarossa en 1941 y cuando la Batalla de Smolensk terminó, la zona quedó en manos alemanas. Luego de la limpieza del bosque y cuando las fuerzas de ocupación tenían totalmente asegurada la zona, no había razones para revisarla nuevamente. Probablemente, nunca se hubieran hallado las fosas que ocultaban el crimen en masa, de no ser por un hecho fortuito que rebelaría uno de los crímenes de guerra más sonados del siglo 20.

A comienzos de ese año, una jauría de lobos, que azotaba la zona, era rastreada por un oficial subalterno del Regimiento de Transmisiones 537, estacionado en el Bosque de Katyn en Rusia. En su búsqueda, se tropezó con lo que parecía una parte escarbada del terreno, al lado de una cruz hecha con ramas de árbol. En los alrededores había huesos. Reportó el hallazgo a sus superiores, quienes enviaron una patrulla que incluía al médico de la unidad. El médico, confirmó que se trataba de huesos humanos. Para identificar los restos, se hicieron investigaciones con personal médico del Grupo de Ejércitos Centro, quienes realizaron excavaciones en los alrededores de lo que parecía una fosa común y confirmaban que se trataba de osamentas humanas. Se encontraron más huesos, correspondientes a varios cadáveres, lo que obligó a extender la búsqueda. Lo que hallaron fue espeluznante. Se trataba de enormes fosas con miles de cadáveres apilados, todos con uniformes polacos, con insignias y medallas, pero sin anillos ni relojes.

Al lugar fueron enviados médicos forenses alemanes y polacos, grupo al que más tarde se unieron prestigiosos profesionales de varios países, para formaron un equipo de investigación dirigido por la Cruz Roja Polaca. Su misión era, elevar un informe completo sobre lo sucedido en la zona. Después de desenterrar todos los cadáveres y hacerles la autopsia, se contabilizó un total de 4143 oficiales y profesionales polacos y se determinó, que eran los cadáveres de prisioneros procedentes de campos de concentración soviéticos, cuya población, a partir de un traslado, habían sido declarados desaparecidos. Las autoridades polacas, que participaron en las investigaciones, confirmaron que había suficientes evidencias que determinaban que los soviéticos fueron quienes cometieron el asesinato de todos los militares y civiles.

Los polacos exilados en la capital británica recibieron la ratificación del hallazgo y de las cifras. El Primer Ministro polaco, Sikorski, se reunió con Churchill y le manifestó que las evidencias encontradas sindicaban, irrefutablemente, a los aliados soviéticos como los culpables del crimen en masa. Churchill hizo lo posible por evitar una confrontación entre los aliados, manifestándole al Primer Ministro que mejor era olvidar el asunto, en vista que nada le devolvería la vida a los oficiales asesinados. Por su lado el Ministro de Asuntos Exteriores Anthony Eden informó al gobierno británico el día 19 de Abril, que hizo lo posible para culpar a los alemanes, quienes habrían hecho todo un montaje para enemistar a los aliados. No logró engañar a nadie; las pruebas eran demasiado evidentes para ser fraguadas. Churchill hizo lo imposible por apaciguar a sus aliados, pero no lo logró, ante la cantidad de evidencias presentadas por los propios polacos. Anthony Eden se presentó en la Cámara Baja, el 4 de Mayo, y dijo que el gobierno británico cargaría, la culpa de lo sucedido al enemigo común, es decir Alemania.

Durante el juicio de Nuremberg se intentó, bajo presión soviética y la indiferencia cómplice británica, de investigar y acusar a los "culpables" alemanes del crimen en masa de Katyn. Incluso se pretendió incriminar a oficiales superiores incluso generales, que no habían sido incriminados en otros supuestos actos criminales.
Por los archivos del juicio, en virtud de los Estatutos de Nuremberg según los cuales los informes de las comisiones de encuestas aliadas tenían el valor de prueba, el informe soviético sobre Katyn, acusando a los alemanesde la matanza de 11.000 militares y civiles polacos fue aceptado por los vencedores como prueba auténtica, indiscutible, el 8 de agosto de 1945. Finalmente, no hubo pruebas suficientes y la causa fue sobreseída.

En 1989, después del colapso de la Unión Soviética, el Primer Ministro Gorbachov admitió, que la NKVD había ejecutado a los polacos y confirmaba la existencia de otros dos lugares más de ejecución similares, donde siguiendo las órdenes de Stalin, en Marzo de 1940, la NKVD había dado muerte a 25.700 polacos, incluyendo los encontrados en Katyn.
En Mayo de 1992, en un bosque cerca de Kharkov (Jarkov), investigadores privados rusos descubrieron una fosa común conteniendo 3.891 cuerpos de oficiales polacos procedentes del campo de Starobielsk en Ucrania. En Junio de ese año, autoridades rusas descubrieron 30 fosas comunes en Miednoje, 100 millas al noroeste de Moscú. Contenían los restantes 6287 prisioneros polacos del campo en la isla Ostashkov en el Lago Seliguer.
Antes de la masacre de 1940, 245 oficiales de Kozielsk, 79 de Starobielsk y 124 del campo de Ostashkor, fueron transferidos, por razones no aparentes, al campo de Pavlishchev Bor, a cien millas al noroeste del campo de Kozielsk. Esos 448 oficiales fueron los únicos supervivientes de la masacre de Katyn. En otros lugares del bosque de Katyn se encontraron otras tumbas, conteniendo cuerpos de políticos rusos prisioneros quienes fueron ejecutados por la NKVD antes de la guerra. Parece ser que el Bosque de Katyn fue el lugar principal de ejecuciones de la NKVD de Stalin.

El 13 de Abril de 1990, cincuenta años después de la masacre, Boris Yeltsin oficialmente admitió la responsabilidad de la Unión Soviética en el crimen de Katyn y el 14 de Octubre de 1992, envió al presidente polaco Lech Walesa los archivos secretos del caso.





La caida de Berlin: Sangre, muerte y violaciones

Cuando se habla de caida de Berlin y la entrada del ejercito rojo, la gente tiene la visión erronea, piensa en un ejercito rojo benevolente, liberador y salvador. La verdad esta muy alejada de esta visión. Estos salvadores no solo entraron en Alemania a golpe de plomo y bayoneta, sino que lo que hicieron antes, durante y despues de la guerra fue saquear, violar y matar a civiles inocentes. La mayoría de estas victimas fueron mujeres, niños y ancianos indefensos que no tenían culpa de nada. Ellos fueron el botin de guerra de esta calaña roja. Algunos, en un intento desesperado de defender a los "pobres" rojos, se atreveran a decir la típica frase (frase que solo sirve para un solo bando) "Era una guerra y ocurren cosas así". Si eres de los que piensan así, te diré lo siguiente: claro que en las guerras ocurren cosas así, pero no en el porcentaje en que ocurrió en este caso y mucho menos alentado por los altos mandos, cosa que si ocurrió aquí.

Veamos los casos y testimonios de los que sufrieron la "liberación" o mejor dicho, el terror rojo:




"¡Soldados del Ejército Rojo, arrancad por la violencia el orgullo racial de las mujeres alemanas!... ¡Violad, destruid, matad!".
Ilya Ehrenburg, Jefe de propaganda del Ejército Rojo.



"Los soldados del Ejército Rojo, en Berlín y en todas partes, no fueron más que unos ladrones y unos violadores, en todos los casos, y muy frecuentemente, además, unos asesinos.
Una chica alemana que luego yo tomaría como secretaria, cuando tenía 17 años, debió ser hospitalizada, tras lograr huir de Berlín y llegar a nuestras líneas. Siete soldados rusos violaron por turno a la chica y a su madre en su apartamento... 230 mujeres alemanas fueron tratadas en el mismo hospital en un sólo día, a consecuencia de violaciones y sevicias".


General norteamericano Frank Howley, el 17 de Junio de 1945". "Newsweek". 23-1-1950


- "Prácticamente todas las mujeres, desde los siete años hasta las más ancianas, fueron repetidamente violadas...".
- "Tras las violaciones, muchas de ellas eran degolladas o destripadas; muchas de aquellas desgraciadas eran finalmente ultrajadas a bayonetazos".
- "En el Gran Berlín, el número de mujeres violadas no debió bajar del millón y medio".

Hay un libro terrible, "Martirio y Heroísmo de la Mujer Alemana del Este", prologado por el antiguo Obispo Auxiliar de Breslau -el único obispo superviviente tras el paso de los rusos- Joseph Ferche, en el que se dan detalles sobrecogedores sobre el trato dado a la población alemana de la zona ocupada por los rusos, y, en especial, a las mujeres. Algunos ejemplos tomados al azar:

- "... Eran terribles las noches en que los rusos penetraban en las casas para saquear y deshonrar. Muchas conocidas mías fueron víctimas de los rusos. Quien se negaba era fusilada en la mayoría de los casos. Desde la muchacha, aún niña, hasta la anciana de 82 años -una señora conocida mía- corrieron esta suerte".
- "Mi hija fue violada 23 veces".
- "Así deshonraron a una venerable anciana de 80 años en presencia de su familia; una horda se lanzó sobre una muchacha de 13 años. La niña perdió la razón. En Herzogtswaldau todas las mujeres fueron violadas por rusos y polacos".
- "... Noche y día los rusos eran huéspedes. No se podían conducir más bestialmente al deshonrar a las muchachas o a las ancianas. ¡Cuántas veces se oía de noche el grito de socorro! Pero ¿quién podía prestar auxilio? Si uno se atrevía a hacerlo era fusilado al instante. Nada se podía impedir...
- "Elisabeth Thomas, hija del campesino Alois Thomas, fue sacada por los rusos de su casa y llevada a un pajar, donde la ataron a un palo después de deshonrarla y le cortaron los pies y las manos. Sus gritos de muerte se oían por todo el pueblo. Se la halló al día siguiente, casi enteramente carbonizada en el pajar incendiado por los rusos" [552].
- "Los rusos se comportaban exactamente como animales. ¡Deshonraron salvajemente a mujeres de todas las edades. Los polacos demostraron ser unos buenos alumnos de los rusos" [553].
- "En Wiese Pauliner, la Madre Superiora, que intentaba proteger a una alumna de los intentos lascivos de un polaco, fue atada a un pajar, golpeada con látigos y repetidamente violada. Al final, fue estrangulada".

Jurgen Thorwald. "...Y terminó en el Elba" y Johannes Kaps. “Martirio y Heroísmo de la Mujer Alemana del Este".

Es uno de los dramas más trágicos y ocultos del siglo XX, pero ahora —medio siglo después— el libro de un historiador militar británico logró que muchas mujeres alemanas hablaran de él: los horrores vividos a manos de soldados soviéticos, que perpetraron violaciones en Alemania desde 1945 hasta 1949. La odisea de estas mujeres salió a la luz gracias a Anthony Beevor, cuyo libro Berlín: The Downfall, 1945 (Berlín: La caída, 1945) se publicó el mes pasado y se convirtió en suceso. En su best-séller, Beevor —un ex soldado británico— usa material inédito de los archivos rusos de Moscú y describe el terrible sufrimiento de unas dos millones de mujeres y niñas alemanas. Entre las víctimas hubo mujeres que llegaron a ser figuras destacadas. Por ejemplo, Hannelore Kohl, esposa del ex canciller Helmut Kohl. La señora Kohl (se suicidó el año 2001) fue violada a los doce años, cuando ella y su mamá no pudieron escapar en un tren que iba a Dresden.


"Me habían ordenado enterrar a unos muchachos de la Juventud Hitleriana cuando ellos me encontraron", dice Martha Dowsey. "Seis soldados del Ejército Rojo con las caras tiznadas me tiraron al suelo junto a las tumbas y me violaron, uno tras otro". La mujer tiene ahora 81 años. Durante décadas, nunca había encontrado a nadie que creyera lo que le tocó vivir. Por años, se consideró que el Ejército Rojo era un grupo de héroes que había liberado a Alemania de los nazis. Para Martha no fue así. "Eran agresivos, brutales. Nunca les conté esto a mis hijos; y mi esposo sólo supo que me había pasado algo horrible. Tuvo la delicadeza de no preguntar", dice en su casa de un barrio del sur de Londres. Hace muy poco que Martha se armó de valor y habló. Y fue gracias al libro de Beevor. Las víctimas —a quienes Beevor señala que los rusos consideraban "botín de guerra" con el que compensar los crímenes de la Wehrmacht en Rusia— iban de los 12 a los 80 años de edad o más. Una mujer alemana —Jutte, de Preston— le escribió a Beevor: "Muchas veces quise hablar de eso, pero sabía que nadie me creería o que interpretarían mi historia como un rapto de autocompasión. Lo que usted escribió es una forma de mostrar cómo se puede soportar el sufrimiento."


Una mujer a la que Beevor visitó en Berlín le contó que había matado a un soldado con su arma mientras él trataba de violar a su mamá. "Después —dice Beevor— me di cuenta de que el soldado la había violado a ella y que ella luego había armado la historia y trataba desesperadamente de creerla." En sus cartas, las mujeres confirmaron lo que describe Beevor en el libro en el sentido de que, para evitar correr la misma suerte que sus vecinas, muchas mataron a sus hijas y luego se suicidaron. Para fines de la década de 1940 —las violaciones se sucedieron durante tres años o más— las tropas soviéticas habían sembrado desesperación. Según algunos informes, el 90% de las mujeres berlinesas había contraído enfermedades venéreas. Beevor cita declaraciones de un médico que le dijo que, de las aproximadamente 100.000 mujeres violadas en Berlín, un 10% murió, la mayoría por suicidios. La tasa de mortalidad del casi millón y medio de mujeres violadas en el este de Prusia, Pomerania y Silesia, dice, es más elevada. En el caso de las embarazadas, se estima que el 90% abortó. Las que optaron por seguir con el embarazo, dieron al bebé en adopción porque no soportaban la vergüenza. En 1946, el 3,7% de los niños nacidos en Berlín eran hijos de rusos.

Se cree que unos dos millones de mujeres fueron violadas, agredidas o asesinadas por los soldados del Ejército Rojo en su avance sobre Alemania, pero el libro de Beevor revelará horrores aún mayores. «Cuando el Ejército Rojo llegó a Berlín, los soldados ya consideraban a las mujeres una especie de botín carnal», afirma.«Creían que podían hacer lo que quisieran, ya que estaban liberando Europa». En algunos casos las mujeres de una calle entera fueron violadas: abuelas, embarazadas, incluso mujeres que se encontraban en su lecho de muerte. Según el representante del Vaticano en Berlín, en octubre de 1945, seis meses después del final de la guerra, miles de mujeres permanecieron semanas escondidas en los tejados para eludir los saqueos y registros de los escuadrones del Ejército Rojo quienes, cuando se emborrachaban, avivaban su apetito sexual.


«Han violado a mujeres de entre 10 y 70 años, e incluso a algunas de hasta 75 años», aseguraba el representante del Vaticano. Beevor ha descubierto aspectos todavía más siniestros: los rusos violaron incluso a reclusas liberadas de los campos de concentración, mujeres esqueléticas, vestidas de harapos. «Esto echa por tierra la idea de que los soldados sólo utilizaron la violación como una forma de venganza contra los alemanes»


En la aldea de Dahlem, recuerda una mujer, «los rusos se colocaron en fila delante de un grupo de mujeres. Ni siquiera se daban cuenta de que algunas estaban agonizando, porque habían ingerido veneno o sufrían hemorragias internas. Los soldados les abrían la boca a la fuerza y las obligaban a tomar bebidas alcohólicas». Anna Seddig, una joven de Prusia oriental que intentaba escapar de la guerra encinta y con su hijo de un año, Siegfried, fue otra víctima de los rusos. «Una noche, cuando buscábamos un lugar para refugiarnos, nos topamos con un grupo de soldados. Nos iluminaron con una linterna. Uno me dijo: "Te vamos a llevar a un lugar donde podrás pasar la noche". Era un refugio antiaéreo. Ahí me violaron, uno tras otro. Era como si estuviera muerta, tenía calambres por todo el cuerpo. Sientes repugnancia, sólo sientes repugnancia. Éramos blancos legítimos para los rusos. No sé cuántos hombres había, 10, 15...».

Muchos han intentado ocultar lo ocurrido. Cornelius Ryan, autor de The Last Battle, donde narra la caída de Berlín, descubrió que tras publicarse el libro en 1966 algunos editores lo presionaron para que eliminara pasajes como el siguiente: «Mientras continuaba la batalla, se producía otra ofensiva salvaje. Era encarnizada, personal. Las hordas rusas que llegaban tras los disciplinados veteranos del frente exigían el derecho de los conquistadores: las mujeres de los conquistados». «Úrsula Roester dormía en el sótano de una casa de Zehlendorf junto con sus padres, sus hijas gemelas de seis años, y Bernard, su hijo de siete meses, cuando cuatro soldados rusos golpearon la puerta con la culata de sus fusiles». «Registraron el refugio. Un soldado ruso encontró un frasco de perfume francés. Lo destapó, lo olió y lo derramó sobre su uniforme. Otro encañonó a los padres e hijos de Úrsula y los encerró en el sótano. A continuación, los cuatro se turnaron para violarla».

«Al día siguiente, a eso de las seis de la mañana, Úrsula estaba amamantando a su bebé cuando otros dos soldados rusos entraron en el sótano». «Intentó escapar por la puerta con su bebé en brazos. Pero estaba muy débil. Uno de los rusos le quitó el bebé y lo colocó en su cochecito. El otro la miró y sonrió. Ambos la violaron...». El legado de la campaña de violaciones del Ejército Rojo es imperecedero.... Hanna Gerlitz, esposa de un banquero de Berlín, fue violada por seis soldados rusos delante de su marido. «Cuando terminaron», recuerda, «dispararon sus fusiles al aire. Las otras personas que estaban en casa creían que me habían asesinado, hasta que les grité: "Estoy bien. Ya todo ha acabado"». Después tuve que consolar a mi esposo y ayudarlo a recobrar el valor. Lloraba como un niño».






Los Gulags


"No importa que tres cuartas partes de los seres humanos perezcan, lo importante es que el cuarto que quede sea comunista."

Lenin

El extermino de los kulaks rusos se ejecutó junto con el desarrollo del mayor sistema de campos de trabajo forzoso de la historia, y el de los kulaks ucranianos coincidió con el recrudecimiento de la represión que produjo su primera gran expansión. Los kulaks sobrevivientes al extermino masivo estuvieron entre las primeras víctimas del Gulag y aunque el término se conoce fuera de la esfera soviética únicamente tras la publicación en 1973 del libro Archipielago Gulag de Alexander Solzhenitsyn -quién comparó los dispersos campos como una serie de islas- su historia empieza en 1918 cuando bolcheviques reformaron los antiguos campos de trabajo (katorgas), que mantenía en Siberia el sistema penal zarista. Los dos tipos principales de campos soviéticos fueron los Campos de propósito especial (особые лагеря ВЧК) y los campos de trabajo forzoso (лагеря принудительных работ). Entre los primeros prisioneros de lo que de principio a fin fue en sistema de trabajos forzados de un carácter esclavista, estuvieron delincuentes comunes, prisioneros de la guerra civil rusa, oficiales acusados de corrupción, o sabotaje, sospechosos de ser enemigos políticos, socialistas de facciones derrotadas, antiguos aristócratas, hombres de negocios y terratenientes mayores y "kulaks" sobrevivientes.

La base legal del Gulag, fue el decreto secreto de Sovnarkom de 11 de julio de 1929 sobre la utilización de las cárceles de trabajo, repetido en el apéndice equivalente de la reunión del Politburó del 27 de junio de 1929. El sistema se desarrolla como una administración principal del OGPU (policía política soviética) el 25 de abril de 1930 como ULAG por la orden 130/63 del OGPU de acuerdo con la orden de Sovnarkom 22 p. 248 fechada del 7 de abril de 1930 y nombrado GULAG en noviembre.

Existieronn por lo menos 476 sistemas de campos de concentración separados, cada uno conformado por cientos o miles de campos individuales. El recrudecimiento de la represión en los años ´30 produjo el primer gran incremento del número de prisioneros. El segundo fue durante el gran terror (1937-1938), cuando las masivas detenciones arbitrarias de cientos de miles de individuos concluyeron en largas sentencias por el Artículo 58 del Código Criminal soviético que tipificaba la amplia gama de actividades contrarrevolucionarias.

Según sus propios registros oficiales que no se consideran muy confiables, en 1931 el Gulag tenía aproximadamente 200.000 prisioneros en los campos y en 1935 habían aumentado hasta aproximadamente 800.000 en campos y 300.000 en colonias, mientras que llegaban cerca de 1.300.000 en campos y 350.000 en colonias antes de la Guerra. Durante la Segunda Guerra Mundial, los prisioneros del Gulag reclutados en batallones de presos experimentaron unas tremendas tasas de bajas. Tras la Segunda Guerra Mundial, el número de prisioneros volvió a crecer bruscamente, alcanzando aproximadamente 2.500.000 para finales de los años ´40. Se ha estimado el número total de prisioneros en campos de trabajo forzado de toda la URSS para la muerte de Stalin en 1953 en el orden de los 4.000.000 y el de los campos y colonias de Siberia en aproximadamente 2.500.000.

Oficialmente, el GULAG fue liquidado por la orden 20 del MVD de 25 de enero de 1960. Las muertes totales registradas por los propios oficiales del sistema de campos de trabajo forzado y colonias desde 1930 a 1956 ascienden a 1.606.748. Sin considerar un mínimo de 800.000 ejecuciones documentadas del Gran Terror que ocurrieron fuera de campos. El número de victimas no registradas del sistema es objeto de controversia intensa ya que las muertes en algunos campos están documentadas más minuciosamente que en otros.

Algunos campos:

Kuibichev:
170.000 presos que realizaban trabajos forzados ya que había grandes fabricas de aviones en esta región, y también en los pozos de petróleo.

Iochkar, Mari y Chacalo:
67.000 condenados a trabajo, también estaba situado un campo de muerte donde se dejaban a los tuberculosos y otras pobres gentes que estaban a punto de morir, en Chacalo había otros 52.000 trabajando en las minas de sal.

Kurgan, Kizel, Polovinka:
En kurgan había unos 22.000 hombres que trabajaban realizando nuevos Kolkhozes. Kizel y Polovinka había otros 156.000 trabajando en proyectos secretos en construcciones y otras explotaciones.

Ufa, Molotov, Zlatust:
En Ufa 37000 condenados trabajando en construcción.
Molotov 160.000 condenados trabajando en las minas.
Zlatust 156.000 condenados trabajando en fábricas de armas.

Chambarco, Sverdlovsz, Cheliabinak:
Chambarco 32.000 condenados trabajaban en las fábricas.
Sverdlovsz En minas de carbón eran explotados hasta la muerte otros 250.000 hombres.
Cheliabinak 156.000 condenados trabajaban en fábricas de tanques y artillería.

Magnitogorsk:
En esta región se instalaron muchas de las fabricas robadas a los alemanes al finalizar la guerra había 130.000 hombres realizando trabajos forzados allí.
En siberia había otros 3.000.000 millones de esclavos trabajando en campos como Tomsk Bilinski etc. Normalmente en la extracción de petróleo. También había varios campos de muerte para los enfermos y la gente que no era útil.


Nueva Zembla:
Situado en el océano glacial ártico tenia una población de 1.500.000 condenados a trabajos forzados. Un sitio de los más espantosos con temperaturas de hasta 50 bajo cero. Estos hombres estaban distribuidos en campos como Rusanovo y largenoie. Normalmente fabricaban barcos y eran usados en construcción.


Sakalin:
Esta isla albergaba 500.000 presos que trabajaban en canales y construyendo campos de aviación. En 1946 la isla albergo a los japoneses en el campo de Vokurta.

Vladivostok:
500.000 condenados a trabajos forzados en esta región iban los presos "preferidos" porque se les daba mejor trato y comían más. Trabajaban en minas y haciendo carreteras.


Karaganda:
En esta región y sus campos había 1.300.000 condenados. Aquí fueron llevados miles de polacos que murieron en pocos meses.

Kachiru Alma alta:
Esta zona albergaba 450.000 presos en condiciones horribles realizaban obras de vía férrea y era una zona prácticamente virgen sin edificios ni centros urbanos cercanos.

Caucaso:
En el caucaso y en Trascaucasia había unos 31.000 presos en el campo de Kropotkin metieron a mas de 3000 anarquistas.

Ucrania:
30.000 presos trabajaban en la construcción.

Georgia:
57.000 presos en fabricas de tabaco y fabricas de aparatos de radio, en esta zona había conflictos muy a menudo.

Crimea:
54.000 presos trabajan en la reconstrucción.

Moscú:
300.000 presos trabajaban en la región de Moscú, esta región era de paso ya que después de ser explotados un tiempo aquí era mandados a siberia.

Rostov:
50.000 presos en condiciones horribles sobre todo presos políticos trabajaban en la reconstrucción.

Astrakan, Stalingrado Saratov:
Había unos 700.000 prisioneros de ellos muchos alemanes que trabajaban cerca de Stalingrado y que morían como chinches. Supuestamente los germanos trabajaban en "reparaciones de guerra".

Rusia blanca:
Más de 1.200.000 presos, parece ser que los lugareños acogieron muy bien a los alemanes y Stalin hizo una limpieza brutal con miles de fusilamientos.

Yaroslav:
800.000 presos de Checoslovaquia países bálticos polacos etc., eran traídos aquí para su muerte trabajando.

Leningrado:
47.000 presos de ellos miles de alemanes bajo una represión brutal trabajaban en reparaciones de guerra.

Conclusión se calcula que entre 23 y 27 millones de esclavos trabajaron en los campos del paraíso comunista. Los rusos no vieron la hoz pero si el martillo de su bandera. El precio que pagaron fue de 20 millones de muertos, casi ninguna familia de la Unión Soviética se libro de perder algún miembro bajo la tiranía de Stalin



Las purgas de Stalin

Aunque Stalin se había hecho con el control del país hacia 1929, le preocupaba la oposición potencial que pudiera existir. Una de las posibles amenazas era Serguéi M. Kírov, líder del partido en Leningrado (en la actualidad, San Petersburgo) que gozaba de gran popularidad y al que algunos altos cargos consideraban como un claro sustituto de Stalin. Cuando Kírov fue asesinado en diciembre de 1934, fueron muchos los que sospecharon que Stalin había ordenado al jefe de la NKVD, Genrikh Yagoda, que planeara el atentado. A pesar de que no existen pruebas documentales de la implicación de Stalin, la muerte de Kírov suponía la eliminación de su principal rival y le proporcionaba un pretexto para arrestar a los miembros de la oposición del partido. El día del asesinato de Kírov, Stalin promulgó un decreto en el que se establecía un procedimiento especial para los acusados de “terrorismo contrarrevolucionario”, privándoles de sus derechos legales y permitiendo a las autoridades el cumplimiento inmediato de la sentencia, incluso en el caso de ejecución. La NKVD declaró que el asesinato de Kírov formaba parte de una conspiración de más envergadura contra el régimen y comenzó a detener a miembros del partido, incluidos los dos ilustres bolcheviques, Liev Kámenev y Grígori Zinóviev, que se habían opuesto al ascenso al poder de Stalin en la década de 1920.

Kámenev y Zinóviev fueron juzgados públicamente con otros dieciséis acusados en agosto de 1936, en el primero de una serie de juicios a los que se dio una gran publicidad. La NKVD, dirigida por Nikolái Yézhov, que había reemplazado a Yagoda cuando éste fue arrestado, dedicó varios meses a interrogar y torturar a los acusados, forzándoles a confesar falsos crímenes contra el Estado. En el segundo juicio, que tuvo lugar en enero de 1937, entre los más de veinte acusados se encontraba el destacado bolchevique Karl Radek. La culminación del terror entre los altos cargos del partido se produjo en marzo de 1938, cuando fueron juzgadas veintiuna personas. Entre los acusados de sabotaje contra el régimen y otros delitos figuraban Nikolái Bujarin y Alexéi I. Ríkov, cabecillas de la oposición a Stalin a finales de la década de 1920. Otra importante víctima fue Yagoda, el antiguo jefe de la NKVD, que confesó haber organizado el asesinato de Kírov. En estos juicios ficticios, la mayoría de los acusados eran condenados a muerte y ejecutados inmediatamente. El prestigio de los implicados en estos montajes sirvió para crear la impresión de que el régimen se veía amenazado por conspiraciones y sembrar el miedo entre la población.

Las purgas, denominadas yézhovina porque eran dirigidas por el jefe del NKVD, Yézhov, se ampliaron hasta llegar a todos los estamentos de la sociedad soviética. El Ejército Rojo sufrió una tremenda depuración entre 1937 y 1938 debido a que dos tercios de sus suboficiales fueron arrestados y muchos de sus oficiales de alta graduación, entre ellos el mariscal Mijaíl N. Tujachevski, habían sido ejecutados. La depuración del propio Partido Comunista provocó la muerte de 98 de los 139 miembros de su Comité Central y del 90% de los miembros de los comités centrales regionales y de las distintas repúblicas soviéticas. En total, más de un millón de miembros del partido fueron arrestados y al menos la mitad perecieron. A su vez, la policía realizó redadas masivas contra la población en el verano de 1937. Stalin y Yézhov proporcionaban a los funcionarios del NKVD de las repúblicas cuotas numéricas que recogían el número de personas que debían ser arrestadas. Las personalidades dedicadas a la difusión y a la creación de cultura fueron especialmente vulnerables debido a la suspicacia que levantaban los intelectuales y artistas en el régimen. Las purgas también alcanzaron a comunistas extranjeros, arrestados durante su estancia en Moscú o eliminados en el exterior en algunos casos. Se estima que el número total de arrestos realizados bajo falsas acusaciones (ya terminaran en arresto o en ejecución) entre 1936 y 1938 oscila entre un millón y medio y 7 millones. Cinco millones o más acabaron en campos de trabajo soviéticos, en donde las condiciones de vida eran tan precarias que muchos perecían durante la condena. Aunque las purgas anteriores del partido se habían limitado a expulsiones sin castigos penales, Stalin decidió en esta ocasión que el terror era necesario para garantizar su poder absoluto.

La represión alcanzó igualmente a muchos oficiales que se encontraban en España durante la guerra civil apoyando a los ejércitos republicanos. El general Gorev, comandante de tanquistas y al que dos días antes el presidente de la Unión Soviética Kalinin había condecorado con la Orden de Lenin en una ceremonia especial celebrada en el Kremlin, fue detenido y ejecutado sin juicio previo.

A finales de 1938, el terror había alcanzado su objetivo y se puso fin a los arrestos masivos. Stalin había llevado a cabo una renovación completa en el Partido Comunista destruyendo a la generación que había realizado la Revolución Rusa y promocionando a quienes le eran leales. Nadie podía desafiar ahora su poder pero, al eliminar a elementos clave de la sociedad, había arrasado el país, dejándolo en una pésima situación para afrontar los acontecimientos futuros


Para terminar esta segunda parte, de la cual habra una tercera, veamos más crimenes ejercidos por esta ideología "benevolente" y "salvadora":


1 comentario:

Andrea von Roth dijo...

Detras del Marxismo criminal esta un ideologo judio y Banqueros judios.

El marxismo, cual creacion de magia negra, es una herramienta judia para "apalancar" a las multitudes bastardizadas para que ataquen y destruyan al Ario, al Hombre Superior.

Toda ideologia o filosofia que provenga de un judio es falsa y maligna y va en contra de la belleza, de la verdad, de la vida y de la humanidad toda.

Odian a los Alemanes, porque somos Arios. Odian a los Tibetanos, porque son tambien Arios, odian a Europa toda, porque aun es Blanca y no ha caido en sus Garras. Y ademas se ha vuelto nuevamente PAGANA !!

Kalki ven pronto !! Ven pronto en to corcel Blanco a cerrar el Kali Yuga y poner fin al satanico reinado judio que ya lleva 2000 años encarcelando, matando y torturando todo lo Digno, todo lo Decente, todo lo Sublime, lo ARIO.

Andrea von Roth