domingo, 27 de septiembre de 2009

Testimonios de algunos de los SS españoles que combatieron en la defensa de Berlin


Así relata en su libro Ezquerra el momento en que el alférez Ocaña es hecho prisionero por los rusos:


....Con las debidas precauciones, salimos dispuestos a tomar el hotel a cualquier precio. La lucha es terrible. Nuestras pistolas ametralladoras vomitan fuego sin descanso. El lugar está infestado de rusos. Sitúo dos grupos para que protejan nuestro avance y yo sigo con otro. La oscuridad es casi absoluta, desgarrada únicamente por el resplandor de las explosiones. Supongo que a mi lado va el alférez Ocaña, y le llamo: me contestan varias voces en ruso. Sin pensarlo dos veces, aprieto el gatillo de mi pistola ametralladora. Los rusos que no han caído se me pierden sin saber por dónde. Se lanzan de cabeza por un trampilla que conduce al sótano. Mientras busco a mis compañeros, un grito de mujer me orienta. Trato de llegar hasta ella. Enciendo la linterna y proyecto su claridad en dirección al sonido de aquella voz femenina. La veo claramente, defendiéndose de unos rusos que han logrado tumbarla en el suelo. Hago fuego con mi pistola ametralladora; aprieto nuevamente el gatillo y el percutor suena a hueco: el cargador se ha vaciado. Echo a correr hacia una columna que me protege mientras coloco otro cargador. Los rusos retroceden sin dejar de disparar. Estoy solo no veo a ninguno de los míos: ¿que habrá sido de ellos? De pronto, oigo voces detrás de un montón de escombros. Me acerco sigilosamente... y exhalo un suspiro de alivio: son los hombres de mi grupo. Pero falta el alférez Ocaña y hay cuatro muertos.
Refª BERLIN A VIDA O MUERTE Miguel Ezquerra


Y así vivió el momento Ocaña:

En la madrugada de aquel 28 de abril de 1945 me encontraba al frente de mi Sección con el grado de teniente de las SS. El frente de lucha se extendía del siguiente modo: los rusos tenían su posición en el hotel Excelsior y la mía estaba en la acera de enfrente, en las ruinas de lo que fue el cine Europa. En nuestro poder se encontraba la circunferencia que formaba el salón de actos, y el pasillo que conducía a la calle era tierra de nadie. ¡Total, unos diez metros! El comandante que mandaba el sector dio orden de explorar el pasillo y tomar parte del edificio que daba a la plaza y a la estación de ferrocarril de Anhalter Bahnhof. Para ello destaqué a uno de mis hombres, que al penetrar en el pasillo resultó muerto. Entonces me encargué yo en persona de realizar el servicio.
Cuando me aproxime a la puerta de la calle me encontré con el grupo de soldados que me parecieron de las S.S. letones. Pero cuando estuve entre ellos me dí cuenta, a la claridad de la luna, de que llevaban el gorrillo de campaña con la estrella de cinco puntas. Mi reacción fue inmediata: aparentando la mayor tranquilidad posible, traté de dar media vuelta y escapar y hacer fuego contra el grupo de rusos. Pero fue materialmente imposible, pues habían descubierto mi uniforme de oficial de las S.S. y gitaron:
-SS, is siuda (Las S.S. están aquí)
Como una catapulta se arrojaron todos sobre mí; sujetandome por los brazos y el cuerpo, al tiempo que yo intentaba hacer fuego con mi pistola ametralladora, que me fue arrebatada de las manos. Traté de gritar a mis soldados, que se encontraban aproximadamente a unos, veinte metros. Por fin lo conseguí, y dije con todas las fuerzas de mi alma:
-¡Españoles! Estoy prisionero de los rusos. ¡Fuego sobre mí!

Refª YO, MUERTO EN RUSIA Memorias del Alférez Ocaña de la División Azul


"Siempre que podíamos nos subíamos a los tanques para no tener que ir andando, íbamos muy apiñados y agarrados unos a otros para no caernos por los baches. Recuerdo a un muchacho al que llamábamos “el asturiano”que llevaba un gran escudo de España cosido en el brazo y que en uno de aquellos baches, resbaló por el lado derecho del tanque con la mala suerte de quedarse enganchado en las cadenas, daba unos gritos terribles mientras la pierna se le desprendía del cuerpo a la altura de la ingle, fue en pocos segundos pero a mí me parecieron eternos, ya nada pudimos hacer por él, murió desangrado al poco rato. "
SS-Sturmann Horacio E.V


"Recibimos la orden de ir a POSTDAM donde se estaba reagrupando a todos los españoles en una sola unidad, capitaneada por Miguel Ezquerra Sánchez, nos supo mal abandonar a los camaradas de la SS-Wallonie con los que habíamos combatido y derramado nuestra sangre por un mismo ideal. Cuando llegamos a Postdam nos alojaron en un colegio de huérfanos militares y allí nos encontramos con un espectáculo circense descomunal, habían mas sargentos que soldados, legionarios pendencieros, gentes de mal vivir, despistados que no sabían dónde ir y antiguos veteranos de la D.A y de otras unidades de la Wehrmacht, seriamos aproximadamente entre 100 y 150. Recuerdo entre todos ellos a un legionario que hacia de escolta de Ezquerra, tenia la cara completamente tatuada y llevaba un enorme cinturón del Tercio con dos pistolas, una a cada lado. Años después, me contaron que murió sepultado entre las ruinas de Berlín. "
SS-Untersturmführer Ricardo B.M


“Sentía odio y rabia, pena de mí mismo y placer cuando mataba, pero sobre todo sentía un pánico atroz a perder cualquier extremidad de mi cuerpo, todo BERLIN era un vertedero de miembros humanos destrozados por las bombas y la metralla.
Recuerdo que estábamos un alemán de otra unidad , creo que era de la Luftwaffe y yo apostados muy cerca de la boca del metro, cuando vimos a una mujer al otro lado de la calle con un niño en brazos que se disponía a cruzar, el alemán le gritaba para que no se moviera pues estábamos en zona batida, o no nos entendió o no nos hizo caso, la cuestión es que salió corriendo hacia nosotros, no daría mas de tres pasos cuando una granada estalló delante de ella, la honda explosiva la arrojo hacia nosotros como si fuera un muñeco de trapo, se incorporó’aturdida casi desnuda y sangrando por todos lados, el niño estaba decapitado y lo que quedaba del cuerpo era un amasijo de carne, la pobre mujer, entre gemidos y llantos, comenzó la macabra tarea de buscar la cabeza del niño, nosotros nos quedamos indiferentes, ya todo nos daba igual,"

SS-Schütze Julio L.V (enlace de Ricardo B.M)


"Gritaban por los altavoces que entregáramos las armas, que HITLER habia muerto y que no nos pasaría nada, yo estaba apostado en una ventana viendo como algunos alemanes levantaban los brazos y se rendían a los rusos, mi primera reacción fue ponerme en contacto con mis superiores para recibir ordenes, cuando llegue al sótano donde estaba mi grupo solo encontré a Felipe Vilchez y a las dos familias que habitaban la casa, este se había despojado del uniforme y se estaba vistiendo de paisano, sin mediar una palabra hice lo mismo y me puse una guerrera de las juventudes Hitlerianas que encontré por el suelo, en ese preciso instante entraron los rusos atropellando a todo el mundo con gritos y empujones, uno de ellos cogió a una niña y empezó a forzarla en presencia de sus padres, Mientras a los Demás nos registraban y nos golpeaban, la niña no dejaba de llorar y de gritar, yo estaba muerto de miedo cuando de repente vi a Felipe sacar una pistola y liarse a tiros como un loco, con la confusión del momento salí corriendo y conseguí escabullirme entre las ruinas, horas después fui capturado junto con unos alemanes por una patrulla ambulante que nos trato con algo mas de consideración, nunca supe nada mas de Felipe Vilchez, supongo que moriría en aquel sótano, eso si, vendiendo cara su vida."
SS-Schütze Julio L.V (enlace de Ricardo B.M)

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