viernes, 12 de diciembre de 2008

Héroes de España: Vicente Doménech "El Palleter"

Bien es sabido que, por el 1807, España había perdido su esplendor, había perdido casi todo su imperio. La mala gestión de los gobernantes en el pasado había llevado a España a una miseria vergonzosa... Eran malos tiempos y lo peor acababa de llegar. La traición de Carlos IV había dejado a España en manos del invasor Frances. Pero las tropas invasoras no contaban con la resistencia del pueblo Español. No sabían que el pueblo Español es conocido en el mundo entero por su coraje y valentía, y en tiempos tan nefastos, estos valores afloraron con mucha más facilidad. En estos tiempos turbulentos, nació una leyenda. En este pasaje de la historia aparece la figura de Vicente Doménech, también conocido como "El palleter". Un humilde valenciano vendedor de pajuelas inflamables fue el precursor de la sublevación en Valencia.

El reino de valencia siempre fue una de las tierras que más héroes y actos heroicos brindaron a España, hasta en los momentos mas oscuros de la historia española...


Vicente Doménech, el héroe

Vicente Doménech, conocido por el sobrenombre de "El Palleter" fue personaje popular y destacado en la Guerra de la Independencia Española y que, según la tradición, sería el primero en alzar su grito de revuelta contra los franceses en Valencia.
Doménech, fue un huertano nacido en Paiporta en 1783, que a los ocho años se trasladó al barrio de Patraix con unos familiares.
Su indumentaria consistía en un traje de huertano o de "saragüell", con una faja roja en la cintura.
Su trabajo consistía en vender pajuelas inflamables (oficio que daría nombre a su apodo).




La invasión

España invadida por Napoleón En 1807, Napoleón y Manuel Godoy, ministro del rey Carlos IV de España, firman el Tratado de Fontainebleau, a través del cual se permitía que las tropas francesas pasasen por España para invadir Portugal. Una vez instalado el ejército francés en tierras peninsulares, Godoy fue consciente de que se trataba de una invasión. El 2 de mayo de 1808 se produce una sublevación popular en Madrid y más tarde en otras zonas. En Valencia sería el día 23.


La represión en Valencia

La invasión napoleónica produjo una guerra en suelo valenciano, con todas las consecuencias demográficas y económicas de los conflictos de este tipo: matanzas, hambres, epidemias, destrucciones, requisas de cosechas e impuestos de los ejércitos combatientes exigidos a los pueblos.


La Junta Suprema de Gobierno

El 25 de Mayo de 1808 se creo la Junta Suprema de Gobierno, Organismo creado por todo el Reino de Valencia, con atribuciones omnímodas e independientes de toda otra autoridad. A la cabeza se encontraba el Conde de la Conquista, estaba integrada por militares, y algunos notables de Valencia.
Tras distintos acontecimientos, el mismo 25 de mayo, se saca la Real Señera según la costumbre, a la comitiva se van añadiendo banderas hechas a propósito y se recorre toda la ciudad. En los días siguientes se establecen relaciones diplomáticas con representantes ingleses y organiza el ejercito.


El 23 de mayo de 1808: Se forja el héroe, se inicia la revuelta

En la placeta de "les Panses", junto a la iglesia de la Compañia, varias veces a la semana llegaba el correo y la prensa desde Madrid, allí se reunía la gente para leer en común la gazeta. El ambiente ya estaba tenso, llegando días antes algunos párrocos a invitar en sus sermones al pueblo a defender su tierra frente al francés, como fue el caso del padre Rico en la pedania de Beniferri.
Días antes se podían leer pasquines por toda la ciudad con el siguiente texto:

"La valenciana arrogancia

Siempre ha tenido por punto
No olvidarse de Sagunto
Y acordarse de Numancia.
Franceses idos a Francia,
dejadnos en nuestra ley,
que en tocando a Dios y al Rey,
a nuestras casas y hogares,
todos somos militares,
y formamos una grey."

El dia 23, la multitud se congregaba en la citada plaza, al llegar la prensa se comenzó a leer en voz alta y tras saberse que el rey había abdicado en favor del francés, todos los presentes callaron, durante unos minutos nadie decia una palabra, al poco, alguien gritó "VIVA FERNANDO VII", al momento, cundió un gran alboroto y la muchedumbre comenzó a recorrer las calles gritando el nombre de Fernando VII.

Por las calles un enorme vocerío proclamaba, "Viva Fernando VII muera Napoleón". La situación llevó al Capitán General a llamar a la casa de la Audiencia (hoy Palacio de la Generalitat) a algunos notables de la ciudad y allí convocar Acuerdo.
El gentío se acumulaba en la puerta y, al ver que las autoridades no parecian dispuestas a declarar la guerra, la muchedumbre envió un representante. El elegido fue el franciscano padre Rico, al Acuerdo se le exigió que reclutara a filas a los hombres de 16 a 40 años, sacar la Real Señera (declaración de guerra), quemar el papel sellado por Murat y firmar en nombre del legitimo rey, Fernando VII.

Mientras dentro se mostraban indecisos, El Palleter, fuera entre la multitud, se desenrolla la faja encarnada que llevaba ceñida, la trocea y reparte entre sus compañeros, y guardando el trozo más grande para si mismo lo pone en la punta de una caña; a ambos lados pone una estampa, por uno la "Mare de Deu dels Desamparats" (La Virgen de los Desamparados) que él mismo tenía y por la otra, de Fernando VII que había cogido en el comercio de un tal Beneyto.
Enarbola Vicente Domenech su "bandera" entre aclamaciones de todo tipo que no cesaban a su alrededor, se dirige Vicente hacia la Plaza del Mercado. Llegan a la casa donde se vende papel sellado y Vicente, pide que se lo entreguen todo, y tomando un pliego, sube sobre una silla, lo rompe ante una multitud y dice a gritos




En valenciano:

"¡¡ UN POBRE PALLETER LI DECLARA LA GUERRA A NAPOLEÓ: VIXCA FERNANDO VII, I MUIGUEN ELS TRAIDORS!!”

Traducción:

"¡¡ UN POBRE VENDEDOR DE PAJITAS LE DECLARA LA GUERRA A NAPOLEÓN: VIVA FERNANDO VII Y QUE MUERAN LOS TRAIDORES!!"


Sus compañeros hacen añicos todo el papel sellado lo arrojan al suelo y lo pisotean con desprecio, borrando de este modo la nota mandada poner por el Consejo de Castilla, que decía:” Valga para el gobierno del Lugar-Teniente General del Reyno”

Tras el levantamiento del pueblo valenciano, simbolizado en El Palleter, contra la orden dada por el gobierno de Madrid de reconocer por rey de España a José Bonaparte, y forzado por la iniciativa popular, tras varios intentos de emitir un comunicado que no molestara a los franceses, el Acuerdo declaró de facto la guerra a Napoleón el mismo 23 de mayo de 2008 y, proclamó en bando, rey de España e indias a Fernando VII, así como el alistamiento.

La ciudad de Valencia fue de las últimas en caer en manos francesas, en el tercer asedio, resistiendo hasta casi el final de la guerra y rechazando al ejercito francés en las dos previas.

Todo lo resume un soldado francés, Pierre Doubon, en carta a un hermano:

«Hemos atacado Valencia y cuando nosotros esperábamos mollese nos hemos encontrado una resistencia sin igual. No hay en el mundo villa fuerte, castillo sin fortaleza que haya defensa más activa ni más opiniatre (obstinada). Los valencianos se han defendido con honor y se han batido con una heroicidad sin par. Un establo es mi tumba...»

Vicente Domenech según algunas fuentes, fue ajusticiado antes de terminar la guerra.


Estatua de Vicente Domenech en los jardines de Guillem de Castro junto a las Torres de Quart


La guerrilla contra la invasión

En Valencia, como en el resto del territorio peninsular, se estableció una forma eficaz de luchar contra el ejercito francés. Consistía en rápidos ataques por sorpresa de partidas formadas por gentes del pueblo sin formación militar. Actuaron con contundencia y representaron una perpetua preocupación para los franceses, constantemente asaltados en sus retaguardias y en sus convoyes de aprovisionamiento. La compleja orografía del interior de las provincias valencianas, sirvió de apoyo para sus acciones. Los principales y más activos enclaves de los guerrilleros valencianos se encontraban en Jávea, Valle de Albaida, Bocairente y Cofrentes.


Condenados a olvidar nuestro pasado

Ya solo unos pocos saben echar la vista atrás y contemplar nuestro pasado de esplendor, sentir orgullo hacia lo que somos y hacia nuestros ancestros. Ahora esta de moda repudiar de nuestro pasado, de nuestros héroes y realzar historia y héroes extranjeros. Si preguntamos a la juventud de hoy en día por personajes históricos como Don Pelayo, Rodrigo Diaz de Vivar o Muñoz Grandes, ellos nos dirán que no los conocen, que nunca han oído hablar de ellos. ¿A quién culpamos por esta ignorancia? ¿a la juventud? ¿al sistema de educación? ¿al sistema? Todos han aportado su granito de arena en esta ignorancia. La juventud, por no interesarse lo más mínimo por su pasado, por no saber estar agradecido a los que en el pasado derramaron su sangre por un futuro mejor, por tener su cabeza llena de materialismo y solo pensar en la diversión. Al sistema de educación, por estar más interesada en contar glorias extranjeras y dirigir su educación a otros campos, ignorando lo nacional, lo que hemos sido. Al sistema, por estar más interesado en arengas de tolerancia y demás, y en que se olvide este pasado.

El pasado es algo que esta ahí, y pese a quién le pese, no se puede borrar. Los actos de heroicidad y valentía nunca se podrán olvidar, siempre habrá gente que los recuerda con orgullo. Nosotros sentimos orgullo hacia lo que somos, hacia nuestro pasado de esplendor... ¿Y tú?

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